Sabido es que cualquier tipo de violencia es igual de censurable y que sus victimas son igual de importantes, pero esta semana la atención se ha centrado especialmente en la violencia de género y en sus victimas ya que ayer día 25 de Noviembre se celebraba el día Internacional contra la violencia de genero. En los últimos quince años se calculan que han muerto, a manos de sus maridos, más de 900 mujeres. El número de denuncias que se presentan el las comisarías anualmente sigue creciendo (cerca de 20.000 en el último año). Los malos tratos están saliendo a la luz y se está rompiendo con ese silencio que impregnaba desde siempre la sociedad. El año 1997 fue un año decisivo para este cambio social y político. Ana Orantes fue asesinada por su marido después de asistir a un programa de Canal Sur, en el que contó el sufrimiento que soportó durante años. Los medios de comunicación en este caso sirvieron de amplificador. De ahí en adelante la sociedad dormida sobre un fenómeno que se venía dando de forma habitual desde hace mucho tiempo, se empieza a despertar y el problema no ha dejado de moverse.
Las importantes secuelas que van dejando los malos tratos se manifiestan de forma notable en la salud mental de la mujer. Una Psicóloga de IPACE PSICOLOGIA APLICADA S.L. nos enseña que hay tres tipos de violencia y sus secuelas sobre la mujer maltratada, y “en ocasiones también sobre el hombre maltratado”. Por una parte está el maltrato físico el cual “se ejerce mediante la fuerza física en forma de golpes, empujones, patadas y lesiones provocadas con diversos objetos y armas. Todo esto puede llegar a terminar en homicidio o suicido”. Por otra parte está el abuso sexual, “este tipo de abuso es difícil de demostrar a menos que vaya acompañado por lesiones físicas. Se produce cuando la pareja fuerza u obliga a la mujer a realizar conductas sexuales en contra de su voluntad”. Por último nos señala el maltrato psicológico del cual comenta que “los factores que influyen en el abuso de este tipo son muy variados: emocionales, económicos, sociales… La mujer además se ve dominada por el hombre, quien la humilla en la intimidad y públicamente. En este caso la violencia se da mediante insultos, gritos, desprecios, humillaciones, amenazas o crueldad mental. Todo esto conduce a la mujer a una grave depresión y en ocasiones al suicidio” y para concluir con dice que este tipo de maltrato “es importante que sea detectado de forma rápida ya que puede llegar el a ser el escalón anterior al maltrato físico”. Hay mujeres que dicen que sólo dejarían pegarse una vez y que la paliza no volvería a repetirse, pero no siempre es posible salirse de determinadas situaciones. Muchas de las víctimas que ahora yacen bajo tierra, se liberaron del sufrimiento amenazante y continuado para que, una vez creerse en libertad, acudiera la muerte a su puerta, porque el psicópata no descansa hasta ver perpetuado su crimen.
¿Qué es lo que le lleva a un hombre a maltratar?
No existe un perfil de maltratador definido ya que pueden ser muy diferentes en cuanto a su situación social, económica, estudios, creencias religiosas, educación… El hombre no está enfermo ni loco (salvo excepciones), es un hombre “normal”. Son expertos manipuladores emocionales, suelen adoptar una actitud de victima, no toleran perder y creen que la razón esta de su parte, tiene una autoestima muy elevada, son hombre hipercontroladores, emocionalmente inestables y normalmente sufren celos desmedidos.
“Niegan su comportamiento. Son incapaces de reconocer su culpabilidad: – le multan, es tu culpa –”, comentaba una mujer que ha sido maltratada durante 6 años además “se convencen de que el hecho no es grave. Un día me pegó un bofetón y seguido me dijo – lo siento, yo no quería, dame tu ahora uno y quedaremos en paz–”. Tras esos 6 años los maltratos fueron ha más hasta que él falleció en un accidente de tráfico y ahí añadió: “por muy duro que parezca a veces doy las gracias porque se lo han llevado, porque si no que sería de mi si aún estuviera aquí”.
Por otra parte una mujer de Bolivia añadió que los hombres de su país (al igual que aquí otros muchos) “creen que deben de desempeñar el papel de propietario de su mujer y que les da derecho hacer todo lo que quieran”. “Allí las maltratas son muchas, por no decir todas”, añadía “yo llegue a decirle a mi marido –pégame ahora antes de que te vayas a beber, para luego no despertarme–”
El alcohol y las drogas, por último, son sustancias que puede a llegar a consumir el maltratador y las cuales potencia el comportamiento violento según José Ramón Landaroitajauregi, experto en terapias con parejas en situaciones de terapia.
Según datos de la OMS "cada 18 segundos una mujer es maltratada", y al menos, "una de cada cinco mujeres" sufren malos tratos, en sus hogares.
Son historias que oscurecen esta vida nuestra condición instinto homicida que se crece en una habitación de dos, pero es uno el que se esconde tras la máscara te llevó al altar fingiendo amor y ahora devastará el hogar por sus celos enfermizo-posesivos
